Recibir un diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA) para un hijo puede ser un momento complejo para las familias. Muchas preguntas surgen sobre lo que significa el diagnóstico, los pasos a seguir y el tipo de apoyo que se debe brindar para su adecuado desarrollo. Este artículo es una guía para comprender mejor el TEA, los niveles de apoyo, los caminos terapéuticos y educativos, así como el rol de la familia.
¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista (TEA)?
El TEA es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente la comunicación y la interacción social, además de mostrar comportamientos e intereses restringidos o repetitivos. La intensidad de los síntomas puede variar mucho de un niño a otro, lo cual lleva a clasificar el TEA en tres niveles, según el grado de apoyo necesario:
Primeros pasos después del diagnóstico
Aceptar y comprender el diagnóstico: Reconocer el diagnóstico es el primer paso para iniciar un camino de aprendizaje y de ajuste. No es una tarea fácil, pero comprender qué significa el TEA y sus implicancones es fundamental para ofrecer el mejor acompañamiento.
Informarse sobre el TEA: Leer sobre el TEA, conocer testimonios y aprender sobre las intervenciones existentes puede ayudar a los padres a visualizar las posibilidades de su hijo y las herramientas de apoyo disponibles.
Buscar apoyo emocional: La orientación psicológica puede ayudar a los padres a procesar emociones que surgen con el diagnóstico y establecer estrategias para enfrentar esta nueva situación de manera positiva.
Opciones educativas para niños con TEA
El ámbito educativo puede y debe adaptarse a las necesidades de los niños con TEA. Dependiendo del nivel de apoyo que necesiten, existen varias opciones:
Aula ordinaria con apoyo especializado: Para los niños con necesidades de apoyo leve, es posible que se adapten en un aula ordinaria con un profesional de apoyo que los asista en los momentos clave.
Aula específica dentro del centro ordinario: Para quienes requieren apoyo más sustancial, muchos centros cuentan con aulas específicas de intervención para que el niño reciba una enseñanza especializada y grupal.
Centros educativos específicos: En algunos casos, los niños de nivel 3 pueden necesitar un entorno educativo más estructurado y especializado, como centros específicos para TEA, donde los profesionales tienen una preparación centrada en sus necesidades.
Acompañamiento terapéutico según el caso
El abordaje terapéutico debe ser personalizado y centrado en las necesidades del niño. Aquí algunos de los enfoques más recomendados:
Terapia ocupacional: Beneficia la adquisición de habilidades para la vida diaria y mejora las respuestas sensoriales en los niños con TEA.
Intervenciones ABA (Análisis Conductual Aplicado): Un enfoque conductual para mejorar habilidades sociales y de comunicación mediante refuerzos positivos.
Terapia de lenguaje y logopedia: Mejora la comunicación verbal y no verbal, especialmente útil para niños con retraso en el desarrollo del habla.
Terapia cognitivo-conductual: Se adapta a las necesidades de los niños con TEA que tienen nivel alto de funcionamiento y puede ayudarles a desarrollar estrategias para manejar la ansiedad y las habilidades sociales.
Encontrar el terapeuta adecuado
Buscar el terapeuta adecuado implica considerar varios aspectos:
Formación especializada: Asegúrese de que el profesional esté capacitado en el tratamiento de niños con TEA.
Enfoque del terapeuta: Es recomendable que el enfoque sea respetuoso y promueva la autonomía del niño.
Experiencia en TEA: La experiencia específica en autismo es clave para garantizar un apoyo efectivo y ajustado.
Consejos para la educación familiar de un niño con TEA
La familia juega un rol fundamental en el desarrollo de un niño con TEA. Aquí algunos consejos:
Establecer rutinas: La previsibilidad y estabilidad ayudan a los niños con TEA a sentirse seguros y a reducir la ansiedad.
Fomentar la comunicación a su ritmo: Brindar un espacio de escucha y de expresión, sin presionar, ayuda a los niños a sentirse comprendidos y a expresarse a su manera.
Trabajar la paciencia y la empatía: Comprender que el ritmo y las reacciones de un niño con TEA pueden ser diferentes, y que necesita una comunicación adaptada.
Buscar apoyo en la comunidad: Muchas familias en situaciones similares han encontrado ayuda y apoyo emocional en grupos de padres o asociaciones dedicadas al TEA.
El diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA) abarca una amplia diversidad de manifestaciones, desde los tres niveles de apoyo (leve, moderado y severo) hasta perfiles de alto funcionamiento, TEA no verbal y la presencia de crisis sensoriales que pueden afectar el día a día del niño. Además, es común que el TEA coexista con otros trastornos, como el TDAH, lo que añade complejidad a sus necesidades y a la intervención adecuada.
El diagnóstico de TEA es solo el comienzo de un camino de aprendizaje y adaptación. Con la ayuda adecuada y el apoyo de la familia, los niños con TEA pueden desarrollarse plenamente en función de sus capacidades y necesidades. El compromiso, el conocimiento y el acompañamiento profesional adecuado son esenciales para crear un entorno en el que el niño se sienta seguro, valorado y comprendido.
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