El Trastorno del Espectro Autista (TEA) y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) son dos diagnósticos del neurodesarrollo que, aunque tienen características distintas, a menudo pueden coexistir en un mismo niño. Esta combinación, conocida como comorbilidad, puede intensificar los desafíos que enfrenta el niño tanto en el ámbito escolar como en el social y familiar.
Entender el TEA y el TDAH
Trastorno del Espectro Autista (TEA): El TEA se caracteriza principalmente por dificultades en la comunicación social, una interpretación literal del lenguaje y comportamientos e intereses repetitivos o restringidos. Las personas con TEA también suelen experimentar hipersensibilidad a estímulos sensoriales y muestran una preferencia por la rutina y la previsibilidad.
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): El TDAH se manifiesta a través de una falta de atención constante, impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Estos niños suelen tener dificultad para concentrarse, planificar y organizar sus tareas, y controlar impulsos, lo cual afecta su rendimiento escolar y sus relaciones.
Cuando el TEA y el TDAH coexisten en un niño, las características de cada trastorno pueden intensificarse, lo que lleva a una mayor dificultad en la regulación emocional, la concentración, la interacción social y el manejo de la frustración. Comprender esta interacción es esencial para ofrecer el apoyo adecuado.
¿Cómo interactúan el TEA y el TDAH?
Dificultades en la atención y concentración: La falta de atención y la distracción propias del TDAH se suman a las características del TEA, donde el niño ya enfrenta dificultades para mantener la concentración en actividades que no le resultan de interés o que no tienen una estructura clara.
Desafíos en la interacción social: La impulsividad y la falta de autocontrol en el TDAH pueden intensificar los desafíos sociales del TEA, como la dificultad para entender reglas sociales o interpretar el lenguaje no verbal. Esto puede llevar a malentendidos y conflictos con compañeros y adultos.
Comportamientos repetitivos y problemas de regulación emocional: La rigidez del TEA y los comportamientos repetitivos pueden verse aumentados por la impulsividad y la baja tolerancia a la frustración del TDAH, lo que hace que el niño sea más propenso a tener crisis emocionales o a reaccionar de manera explosiva ante situaciones de estrés.
Sobrecarga sensorial e hiperactividad: La hipersensibilidad sensorial del TEA puede aumentar la dificultad para manejar la hiperactividad del TDAH, ya que el niño puede sentirse fácilmente sobreestimulado por el entorno, lo que lo lleva a comportamientos de escape o a una mayor inquietud.
Estrategias de apoyo para niños con TEA y TDAH
Las estrategias para ayudar a un niño con TEA y TDAH deben abordar tanto los desafíos de atención e impulsividad del TDAH como las necesidades de comunicación y regulación sensorial del TEA.
Crear una estructura y una rutina clara: Los niños con TEA y TDAH se benefician de un entorno predecible. Es útil establecer una rutina diaria con horarios específicos para cada actividad y apoyarse en materiales visuales, como pictogramas, para ayudar al niño a anticiparse a lo que sucederá.
Dividir las tareas en pasos pequeños y manejables: En lugar de dar instrucciones extensas, dividir las actividades en pasos más cortos y ofrecer una instrucción a la vez ayuda al niño a mantenerse enfocado y a no sentirse abrumado. Los horarios visuales o las listas de tareas pueden ser un gran recurso.
Uso de refuerzos positivos y recompensas inmediatas: Los niños con TEA y TDAH responden bien a refuerzos positivos, especialmente cuando estos son inmediatos y específicos. Reforzar los logros, como terminar una tarea o controlar su impulsividad, con elogios o pequeñas recompensas puede motivarlos y mejorar su autoestima.
Incluir descansos sensoriales y físicos: Es importante incluir descansos a lo largo del día para permitir que el niño se recupere de la sobrecarga sensorial y libere energía. Los descansos de actividad, como caminar, saltar o jugar con un juguete sensorial, pueden ayudarle a regular su hiperactividad y a mejorar su concentración.
Proporcionar herramientas de regulación emocional: Enseñar al niño técnicas de respiración profunda o actividades de relajación (como el uso de juguetes antiestrés o “fidget toys”) le ayuda a regular sus emociones. Esto es particularmente útil cuando se siente frustrado o tiene dificultad para concentrarse.
Usar lenguaje directo y claro: Los niños con TEA pueden tener dificultades para entender instrucciones vagas o abstractas. Utilizar un lenguaje claro y directo, con frases breves y concretas, les ayuda a comprender mejor lo que se espera de ellos y a reducir los malentendidos.
Establecer límites de tiempo para tareas y actividades: Dado que los niños con TDAH tienen dificultades para gestionar el tiempo, es útil asignar un límite para cada actividad. Esto evita que se frustren al no saber cuánto tiempo durará la tarea y les ayuda a estructurar mejor su tiempo.
Apoyo terapéutico para niños con TEA y TDAH
Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC ayuda a los niños a reconocer y modificar patrones de pensamiento y comportamiento negativos. Es particularmente útil para desarrollar estrategias de autorregulación emocional y mejorar la tolerancia a la frustración.
Terapia ocupacional con integración sensorial: La terapia ocupacional ayuda a los niños a tolerar mejor los estímulos sensoriales y a mejorar su capacidad de autocontrol. Esto incluye ejercicios que ayudan a regular la hiperactividad y a organizar la percepción sensorial del entorno.
Entrenamiento en habilidades sociales: Las habilidades sociales son una dificultad común en niños con TEA, y la impulsividad del TDAH puede intensificar estos desafíos. En el entrenamiento en habilidades sociales, los niños aprenden a reconocer señales sociales, practicar la empatía y desarrollar habilidades para relacionarse con sus pares.
Entrenamiento en autocontrol y gestión de impulsos: Los terapeutas pueden enseñar al niño técnicas específicas para manejar su impulsividad, como esperar su turno, escuchar antes de responder y practicar la paciencia en situaciones sociales y académicas.
Apoyo psicopedagógico: Un psicopedagogo puede ayudar al niño a desarrollar estrategias de organización, planificación y manejo del tiempo, además de ofrecer técnicas para mejorar su concentración en el ámbito escolar.
Orientación para padres de niños con TEA y TDAH
Ser consistente y mantener la calma: Los niños con TEA y TDAH necesitan una comunicación clara y coherente. Mantener la calma y ser consistente en la forma de dirigirlos y de establecer expectativas ayuda a reducir su ansiedad y les da un sentido de seguridad.
Crear un entorno seguro y comprensivo: Estos niños suelen necesitar un espacio de calma en el que puedan retirarse cuando sientan sobrecarga. La comprensión de la familia y el apoyo constante son esenciales para que el niño se sienta aceptado y pueda desarrollar sus habilidades sin sentirse juzgado.
Buscar apoyo en la comunidad: Los grupos de apoyo para padres de niños con TEA y TDAH ofrecen valiosos consejos, experiencias compartidas y recursos. Muchas familias encuentran en estos grupos una red de apoyo que facilita el manejo de los desafíos diarios.
Fomentar la paciencia y la empatía en la familia: El apoyo familiar es fundamental para el bienestar del niño. Educar a los hermanos y otros familiares sobre el TEA y el TDAH promueve una actitud comprensiva y empática hacia el niño.
Celebrar los logros, por pequeños que sean: Dado que estos niños enfrentan desafíos diarios, reconocer y celebrar sus logros, aunque parezcan pequeños, refuerza su autoestima y les motiva a seguir trabajando en sus habilidades.
La combinación de TEA y TDAH presenta desafíos únicos, pero con estrategias de apoyo adecuadas y un entorno comprensivo, pueden desarrollar sus capacidades y mejorar su calidad de vida. La clave está en comprender sus necesidades, en brindarles herramientas para regular su atención y su comportamiento, y en fomentar una comunicación clara y positiva. La colaboración entre padres, educadores y profesionales es esencial para asegurar un desarrollo pleno y satisfactorio en cada etapa de su vida.
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Bibliografía
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