Los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que son no verbales representan una subcategoría dentro del espectro que requiere un enfoque específico de apoyo y comprensión. La falta de comunicación verbal no significa falta de inteligencia o de capacidad para aprender; estos niños pueden desarrollar una serie de habilidades comunicativas a través de otras vías y métodos adaptados a sus necesidades.
¿Qué significa ser no verbal en el TEA?
En el contexto del TEA, el término "no verbal" se refiere a aquellos niños que no utilizan el lenguaje hablado para comunicarse de manera funcional. Esto puede deberse a varias razones, como dificultades en el desarrollo del lenguaje, en el procesamiento sensorial o en la capacidad de imitación. Sin embargo, el hecho de que un niño sea no verbal no implica necesariamente que no entienda lo que se le dice o que no tenga deseos de comunicarse. De hecho, muchos niños con TEA no verbal pueden comprender lo que otros les expresan y pueden aprender a comunicarse de otras maneras.
Características de los niños con TEA no verbal
Los niños con TEA no verbal suelen presentar una combinación de desafíos y habilidades, lo cual hace que sus necesidades sean únicas. Algunas de las características comunes incluyen:
Ausencia de lenguaje verbal funcional: No desarrollan un lenguaje hablado comprensible o solo emiten sonidos o palabras ocasionales sin un propósito comunicativo claro.
Desarrollo de otros métodos de comunicación: Aunque no utilicen el lenguaje hablado, estos niños suelen encontrar maneras alternativas de comunicarse, como gestos, señas o sistemas de comunicación aumentativa (por ejemplo, pictogramas).
Intereses intensos y comportamientos repetitivos: Al igual que otros niños con TEA, los niños no verbales pueden mostrar intereses específicos y conductas repetitivas, como el balanceo o el aleteo de manos, que a veces utilizan como medio de autorregulación sensorial.
Sensibilidad sensorial: Estos niños suelen ser hipersensibles o hiposensibles a ciertos estímulos sensoriales, como sonidos fuertes, luces brillantes o ciertas texturas, lo cual puede influir en su comportamiento y en la manera en que interactúan con su entorno.
Comprensión receptiva variable: Algunos niños no verbales comprenden lo que se les dice, aunque no lo expresen verbalmente, mientras que otros pueden tener dificultades para procesar y entender el lenguaje hablado.
Estrategias de comunicación para niños con TEA no verbal
Para los niños no verbales, la comunicación sigue siendo esencial, aunque no se exprese de forma verbal. Existen varias estrategias y sistemas que pueden facilitar la expresión y el entendimiento:
Sistemas de comunicación aumentativa y alternativa (CAA): Los CAA incluyen métodos de comunicación que no son verbales. Algunas opciones comunes son:
PECS (Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes): Los niños aprenden a utilizar pictogramas o imágenes para comunicar deseos, necesidades e ideas. Este sistema se basa en el intercambio de imágenes, lo que permite una comunicación funcional y adaptable.
Dispositivos electrónicos de voz: Estos dispositivos permiten a los niños seleccionar palabras o frases que luego se expresan en voz alta mediante el dispositivo. Existen aplicaciones y dispositivos especialmente diseñados para el TEA no verbal.
Lenguaje de señas o gestos: Para algunos niños, aprender lenguaje de señas o utilizar gestos puede ser una forma natural y efectiva de comunicarse.
Apoyos visuales: Utilizar apoyos visuales en el hogar y la escuela puede ayudar a los niños no verbales a anticiparse a las actividades diarias y a reducir la ansiedad. Esto incluye el uso de horarios visuales, secuencias de actividades y señales visuales para indicar cambios en la rutina.
Estimulación multisensorial: La terapia sensorial y la exposición a actividades que estimulen sus sentidos de manera controlada puede ayudar a mejorar su capacidad de atención y su disposición para aprender. Esta estrategia también contribuye a su autorregulación, ayudándoles a tolerar mejor los estímulos del entorno.
Refuerzo positivo y paciencia: La comunicación es un proceso gradual para los niños no verbales, por lo que es importante celebrar los avances y reforzar los intentos de comunicación, sean verbales o no. El refuerzo positivo y el tiempo permiten que el niño se sienta seguro y motivado para intentar nuevas formas de comunicación.
Apoyo terapéutico para niños con TEA no verbal
El acompañamiento de profesionales especializados en TEA no verbal es clave para potenciar las habilidades del niño y facilitar su comunicación. Algunas de las terapias recomendadas incluyen:
Terapia de lenguaje y comunicación: Los logopedas especializados en CAA y en TEA pueden enseñar al niño a utilizar sistemas de comunicación alternativos y ayudarles a mejorar la comprensión y expresión de sus necesidades.
Terapia ocupacional con enfoque sensorial: Muchos niños no verbales presentan dificultades en el procesamiento sensorial. La terapia ocupacional ayuda a los niños a tolerar estímulos sensoriales y a desarrollar habilidades motoras finas y gruesas que mejoren su independencia.
Terapia de análisis conductual aplicado (ABA): La terapia ABA es efectiva para enseñar habilidades de comunicación y reducir conductas disruptivas. Se centra en la creación de habilidades funcionales y en el refuerzo positivo para facilitar el aprendizaje de nuevos comportamientos.
Intervención temprana: En el caso de niños pequeños, la intervención temprana mejora el pronóstico, facilitando el desarrollo de habilidades adaptativas y comunicativas antes de que entren en la etapa escolar. Los terapeutas de intervención temprana suelen trabajar en conjunto con la familia para implementar estrategias en el hogar.
Apoyo familiar para un niño con TEA no verbal
Crear un entorno estructurado y predecible: La estructura y las rutinas brindan seguridad a los niños no verbales, ya que pueden anticiparse a lo que sucederá. Esto reduce su ansiedad y mejora su disposición para participar en las actividades diarias.
Facilitar un espacio de comunicación respetuoso: Es importante dar tiempo al niño para que se exprese mediante el método de comunicación que esté utilizando, ya sea con imágenes, gestos o dispositivos de voz. Forzarlos a comunicarse más rápido o de forma verbal puede resultar frustrante.
Practicar la comunicación en entornos naturales: Fomentar el uso del sistema de comunicación en situaciones cotidianas, como pedir agua, elegir un juguete o expresar deseos, ayuda a que el niño entienda la función de la comunicación y se sienta más motivado para utilizarla.
Reducir estímulos excesivos: Al ser especialmente sensibles a los estímulos, los niños no verbales suelen beneficiarse de un ambiente tranquilo. Minimizar ruidos, luces brillantes y otros estímulos intensos facilita su concentración y su bienestar emocional.
Celebrar los logros y mantener una actitud positiva: La comunicación es una habilidad que los niños no verbales desarrollan de manera progresiva y a su propio ritmo. Reconocer sus esfuerzos y logros refuerza su motivación para intentar nuevas formas de expresión.
Buscar apoyo en grupos de padres y profesionales: Los grupos de apoyo para familias de niños con TEA no verbal proporcionan información útil, apoyo emocional y consejos prácticos para abordar desafíos específicos. Compartir experiencias y aprender de otras familias puede ser una fuente valiosa de motivación y aprendizaje.
Apoyar a un niño con TEA no verbal requiere un enfoque de comunicación adaptado, paciencia y comprensión. Los métodos alternativos de comunicación, junto con el apoyo terapéutico y un entorno familiar estructurado, permiten que estos niños se expresen y encuentren maneras de interactuar con el mundo. Con un enfoque centrado en sus necesidades y en sus fortalezas, es posible ayudar a los niños no verbales a desarrollarse plenamente, a sentirse comprendidos y a participar activamente en su entorno.
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