Las crisis sensoriales, también llamadas sobrecargas o colapsos sensoriales, son reacciones intensas a estímulos que el sistema nervioso percibe como excesivos o agobiantes. Aunque todos podemos sentirnos sobrepasados por los estímulos en ciertos momentos, las personas con trastornos del procesamiento sensorial o condiciones como el Trastorno del Espectro Autista (TEA) experimentan estas crisis de manera mucho más intensa y frecuente.
¿Qué es una crisis sensorial?
Una crisis sensorial ocurre cuando una persona se ve sobrecargada por estímulos sensoriales (ruido, luces, texturas, olores) que el cerebro no puede filtrar ni procesar de manera adecuada. Esta sobrecarga lleva a una reacción emocional y física intensa, que puede manifestarse en comportamientos como taparse los oídos, buscar un espacio para esconderse, llorar, gritar o, en algunos casos, presentar conductas agresivas o de escape. Las crisis sensoriales no son una respuesta voluntaria; son el resultado de un sistema nervioso que se encuentra en estado de saturación.
Causas de una crisis sensorial
Las crisis sensoriales pueden desencadenarse por varios factores, generalmente relacionados con estímulos que el cerebro no puede procesar de manera organizada.
Algunos de los desencadenantes más comunes incluyen:
Estímulos auditivos: Sonidos fuertes, persistentes o agudos pueden generar una reacción intensa. Esto incluye alarmas, música alta, tráfico o gritos en el ambiente.
Estímulos visuales: Luces brillantes, parpadeantes o luces LED pueden resultar invasivas para quienes tienen una sensibilidad visual. También los ambientes desorganizados visualmente o con mucho movimiento pueden ser abrumadores.
Estímulos táctiles: Texturas desagradables al contacto, como algunas prendas de ropa, o el roce constante de ciertos materiales pueden resultar incómodos y desencadenar una reacción sensorial.
Estímulos olfativos: Olores fuertes, como perfumes, productos de limpieza o ciertos alimentos, son difíciles de ignorar para algunas personas y pueden causar un colapso sensorial.
Estímulos gustativos: Algunas texturas o sabores intensos en los alimentos también pueden desencadenar una crisis sensorial.
Estimulación social: Las situaciones sociales con muchas personas o en lugares con múltiples estímulos (como centros comerciales o estaciones de transporte) pueden resultar especialmente difíciles.
¿Por qué ocurren las crisis sensoriales?
El sistema sensorial tiene la función de percibir e interpretar la información del entorno para ayudar a las personas a responder de forma adecuada. Sin embargo, cuando el procesamiento sensorial no es eficiente, el cerebro puede percibir ciertos estímulos como amenazantes, lo que provoca una reacción de “huida o lucha”. Las personas que tienen hipersensibilidad sensorial perciben los estímulos de una forma mucho más intensa, lo que puede hacer que su cerebro los interprete como invasivos o abrumadores.
En el caso de personas con TEA u otros trastornos de procesamiento sensorial, el filtro natural que ayuda a moderar la intensidad de los estímulos está comprometido, y esto hace que su sistema nervioso se sature mucho más rápido, llevando a una sobrecarga sensorial y a una posible crisis.
Síntomas y manifestaciones de una crisis sensorial
Las crisis sensoriales pueden variar en intensidad y en sus manifestaciones, dependiendo de cada persona y del entorno. Algunos síntomas y comportamientos frecuentes durante una crisis sensorial incluyen:
Reacciones físicas: Taparse los oídos, cerrar los ojos, retorcerse las manos o realizar movimientos repetitivos (como balancearse).
Fuga o búsqueda de refugio: La persona intenta escapar del entorno que le resulta abrumador, buscando un lugar seguro o tranquilo.
Reacciones emocionales intensas: Llanto, gritos, frustración o ansiedad son reacciones comunes. Algunas personas pueden responder de forma agresiva si sienten que no pueden escapar del estímulo.
Conductas de bloqueo sensorial: Algunas personas pueden llegar a desconectarse de su entorno o mostrar una reacción de inmovilidad como un mecanismo de defensa.
Estrategias para manejar una crisis sensorial
Existen varias estrategias que pueden ayudar a prevenir y gestionar una crisis sensorial. Estas estrategias pueden variar dependiendo de la persona y de la intensidad de la crisis. Aquí algunas recomendaciones efectivas:
Crear un “espacio seguro”: Tener un lugar en el que la persona se sienta segura y donde pueda aislarse de los estímulos externos es crucial. Este espacio debe ser tranquilo, con poca luz y preferiblemente sin ruido.
Uso de elementos de bloqueo sensorial: Auriculares con cancelación de ruido, gafas de sol o gorros pueden ayudar a reducir los estímulos sensoriales intensos en momentos críticos.
Establecer una rutina y anticiparse a los cambios: La previsibilidad es esencial para evitar la sobrecarga sensorial. Al informar y preparar a la persona sobre cambios en la rutina, es posible disminuir el impacto de los estímulos inesperados.
Utilizar herramientas de apoyo sensorial: Algunos objetos, como juguetes antiestrés o “fidget toys,” permiten que la persona pueda calmarse mediante la repetición de movimientos, lo que puede ayudar a regular la respuesta sensorial.
Técnicas de regulación sensorial: Los profesionales pueden enseñar a la persona técnicas de regulación, como respiración profunda o actividades físicas de bajo impacto que ayuden a liberar la tensión acumulada.
Evitar los estímulos conocidos que desencadenan crisis: Cuando se sabe que ciertos estímulos son altamente desencadenantes, es ideal evitarlos en la medida de lo posible. Esto puede incluir evitar lugares con ruido excesivo o ambientes con iluminación intensa.
Cómo ayudar a alguien en plena crisis sensorial
Si una persona está experimentando una crisis sensorial, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Mantener la calma: Es esencial que el entorno sea tranquilo y seguro. Responder con calma ayuda a evitar que la crisis empeore.
No intentar razonar o explicar en el momento: Durante la crisis, la persona puede no estar en condiciones de procesar palabras o instrucciones. Es más útil esperar a que pase la crisis para hablar.
Reducir estímulos: Si es posible, reducir el nivel de ruido, luz y actividad en el entorno inmediato. Permitir que la persona se retire a un lugar seguro puede ser muy beneficioso.
Ofrecer ayuda de manera respetuosa: Si la persona es receptiva, ofrecer algo que pueda ayudar (como sus auriculares o su juguete de apoyo sensorial) o simplemente permanecer cerca y disponible para ayudar cuando sea necesario.
Dar tiempo: Cada persona necesita tiempo para calmarse después de una crisis. No apresurar el proceso y respetar el ritmo personal es importante para su recuperación emocional.
Prevención y apoyo a largo plazo
Terapia de integración sensorial: Para personas que presentan hipersensibilidad sensorial, la terapia ocupacional con integración sensorial puede ayudar a mejorar su tolerancia a los estímulos. Esta terapia trabaja con estímulos controlados para ayudar al sistema nervioso a procesar y organizar la información sensorial.
Plan de gestión sensorial: Desarrollar un plan de gestión personalizado que identifique los desencadenantes específicos de la persona y los mecanismos de respuesta más efectivos. Esto incluye acordar estrategias y recursos para momentos de sobrecarga.
Acompañamiento psicológico: La terapia cognitivo-conductual adaptada puede ayudar a la persona a desarrollar herramientas de afrontamiento y gestión emocional para reducir la ansiedad que suele acompañar a las crisis sensoriales.
Las crisis sensoriales pueden ser difíciles tanto para quienes las experimentan como para sus seres queridos. Comprender el origen de estas crisis y contar con estrategias de manejo permite mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con hipersensibilidad sensorial. Con un entorno que favorezca la seguridad y la comprensión, el manejo adecuado de los estímulos y el apoyo de terapias especializadas, es posible ayudar a las personas a reducir la frecuencia e intensidad de sus crisis sensoriales, promoviendo su bienestar y su integración en distintos contextos.
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Bibliografía
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