El diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA) en nivel 3, también conocido como autismo profundo, implica un grado significativo de apoyo debido a las marcadas dificultades en la comunicación, la interacción social y la conducta adaptativa. Los niños con TEA nivel 3 suelen necesitar una intervención estructurada y apoyo constante tanto en casa como en entornos educativos y sociales.
¿Qué es el TEA nivel 3?
El TEA nivel 3 es una categoría que identifica un grado de apoyo muy sustancial en la vida diaria debido a las grandes dificultades que presenta el niño en su comunicación, interacción social y adaptación. Los niños con TEA severo suelen mostrar patrones de comportamiento e intereses intensamente repetitivos y pueden tener una respuesta sensorial muy marcada.
Las características más comunes incluyen:
Graves dificultades en la comunicación: Los niños en este nivel suelen tener una comunicación verbal limitada o nula y pueden depender de sistemas de comunicación alternativos, como tableros de imágenes o dispositivos de voz. La comprensión y el uso del lenguaje son áreas muy desafiantes para ellos.
Limitación en la interacción social: Las dificultades para conectar socialmente son marcadas; pueden mostrar poco interés en relacionarse o experimentar una gran incomodidad en la interacción social, incluso en el entorno familiar.
Comportamientos repetitivos y alta sensibilidad sensorial: Presentan comportamientos muy repetitivos, como movimientos estereotipados, y a menudo tienen una hipersensibilidad a estímulos auditivos, visuales o táctiles, lo que puede generarles malestar o incluso crisis.
Primeros pasos después del diagnóstico
Aceptar el diagnóstico y entender sus implicaciones: Es natural que los padres experimenten un cúmulo de emociones. Aceptar el diagnóstico es el primer paso para poder buscar y organizar el apoyo necesario. Es fundamental recordar que cada niño con TEA es único y que existen numerosas herramientas para mejorar su calidad de vida.
Informarse sobre el TEA nivel 3: Comprender las características y necesidades asociadas a este nivel de TEA permite a los padres tener expectativas realistas y centrarse en el desarrollo de habilidades funcionales. Existen recursos, asociaciones y profesionales que pueden proporcionar información relevante y acompañamiento.
Buscar apoyo emocional para la familia: El diagnóstico de TEA severo puede ser demandante para toda la familia. Buscar el acompañamiento de un psicólogo o de grupos de apoyo para padres ayuda a aliviar el estrés y a mejorar la capacidad de afrontamiento.
Opciones educativas para niños con TEA nivel 3
La educación es un aspecto fundamental en el desarrollo del niño y debe estar adaptada a sus necesidades de manera individualizada y estructurada. Algunas de las opciones educativas para niños con TEA nivel 3 incluyen:
Centros de educación especial: Estos centros están diseñados para proporcionar una atención integral que aborde los desafíos específicos del TEA severo. Suelen contar con equipos interdisciplinarios (psicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas y educadores especiales) que trabajan en conjunto para mejorar la comunicación, las habilidades motoras y la socialización del niño.
Aula específica en centro ordinario: Algunos centros ordinarios ofrecen aulas específicas para niños con necesidades complejas. En estas aulas, el personal especializado trabaja con grupos pequeños para desarrollar habilidades comunicativas, sociales y académicas adaptadas, promoviendo en la medida de lo posible su inclusión en el ámbito escolar general.
Intervenciones domiciliarias: Para algunos niños, especialmente aquellos con TEA nivel 3, un entorno educativo en casa puede ser beneficioso, combinando el trabajo en un centro educativo con intervenciones en el hogar. Estas intervenciones, a cargo de profesionales de salud, pueden facilitar la adaptación a su propio entorno.
Orientación terapéutica para niños con TEA nivel 3
El abordaje terapéutico en el TEA nivel 3 requiere un enfoque intensivo y personalizado. La intervención temprana y estructurada es clave para promover el desarrollo de habilidades y mejorar su calidad de vida. Algunas de las terapias recomendadas incluyen:
Análisis de conducta aplicada (ABA): La terapia ABA es un enfoque conductual basado en el refuerzo positivo y en la enseñanza de habilidades adaptativas, que permite al niño desarrollar habilidades básicas de autocuidado, sociales y comunicativas en función de sus necesidades específicas.
Terapia ocupacional con enfoque sensorial: La terapia ocupacional se centra en mejorar habilidades motoras, cognitivas y de adaptación a entornos sensoriales. Los terapeutas ocupacionales trabajan en la regulación sensorial del niño, ayudándolo a tolerar estímulos que pueden generarle ansiedad o malestar y fomentando su independencia en la vida diaria.
Logopedia y sistemas de comunicación aumentativa: En el TEA nivel 3, la logopedia se enfoca en sistemas de comunicación alternativos (por ejemplo, pictogramas, dispositivos electrónicos) que ayudan al niño a expresar sus necesidades y deseos de manera funcional. Esto reduce la frustración y mejora su calidad de vida.
Intervención en crisis emocionales: Muchos niños con TEA nivel 3 experimentan crisis emocionales y conductuales. La terapia cognitivo-conductual adaptada o el entrenamiento en regulación emocional pueden ayudar a disminuir estas crisis y a enseñar estrategias para el autocontrol.
Cómo elegir el terapeuta y equipo de apoyo adecuado
Encontrar el equipo de apoyo adecuado es esencial para el desarrollo del niño con TEA nivel 3. Aquí algunos consejos para elegir al equipo terapéutico:
Formación especializada en autismo profundo: Es fundamental que el terapeuta tenga experiencia específica en TEA nivel 3 y en métodos de intervención estructurada y personalizada.
Enfoque multidisciplinario: Dado que los niños con TEA nivel 3 requieren apoyo en múltiples áreas, es recomendable que el equipo esté compuesto por profesionales de distintas disciplinas (psicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas) que trabajen en conjunto para lograr un desarrollo integral.
Capacidad para trabajar en equipo con la familia: El terapeuta debe comprender la dinámica familiar y trabajar de cerca con los padres para asegurar que las estrategias de intervención también puedan implementarse en el hogar de forma consistente.
Consejos para la educación familiar de un niño con TEA nivel 3
Crear un entorno estructurado y predecible: La rutina y la previsibilidad son clave para reducir el estrés y la ansiedad en niños con TEA nivel 3. Establecer horarios claros y anticipar cambios puede facilitar su adaptación.
Desarrollar estrategias de comunicación alternativas: Aprender y aplicar sistemas de comunicación como pictogramas o dispositivos electrónicos facilita que el niño exprese sus necesidades. Esto puede reducir la frustración y promover una interacción más fluida en el hogar.
Establecer un sistema de apoyo emocional para los cuidadores: Cuidar de un niño con TEA nivel 3 puede ser emocional y físicamente desafiante. Es importante que los padres cuenten con apoyo emocional, ya sea a través de terapia, grupos de apoyo o redes comunitarias.
Fomentar la autonomía en actividades básicas: Aunque puede tomar más tiempo, fomentar la independencia en actividades diarias como comer, vestirse y asearse contribuye al desarrollo de habilidades funcionales y de autocuidado.
Evitar la sobreestimulación: Los niños con TEA nivel 3 suelen ser muy sensibles a los estímulos sensoriales. Minimizar la exposición a ruidos fuertes, luces intensas o texturas incómodas ayuda a crear un entorno de calma y seguridad.
Buscar apoyo en la comunidad: Hay asociaciones y grupos de apoyo que ofrecen recursos valiosos, como información, actividades adaptadas y eventos para niños con TEA y sus familias. Estos recursos pueden ser una excelente fuente de apoyo y socialización.
El diagnóstico de TEA severo representa un desafío para las familias, pero con el apoyo adecuado y un enfoque estructurado, es posible promover un desarrollo significativo y mejorar la calidad de vida del niño. La clave está en proporcionar una intervención personalizada y consistente en el hogar y en el entorno educativo, contar con un equipo de apoyo profesional experimentado y, sobre todo, en crear un ambiente familiar comprensivo y adaptado a sus necesidades.
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